Residencias de mayores que se parezcan a un hogar, con habitaciones individuales y minicocina propia. ‘Cohousing’ (viviendas colaborativas) para que un grupo de personas puedan vivir de manera autónoma aunque tengan algún grado de dependencia. Mayor asistencia a domicilio y más centros de día. Condiciones laborales dignas para los profesionales de los cuidados. Estas son algunos de los objetivos de la ‘Estrategia para un nuevo modelo de cuidados en la comunidad’, que tiene una dotación inicial de 1.300 millones de euros (provenientes de los fondos europeos) y que acaba de ser aprobada por el Consejo de Ministros.
No se trata de una ley sino de un “cambio cultural y de mentalidad” para que los cuidados salgan, por fin, del ámbito privado y entren en el debate político y social. Se trata, pues, de visibilizar un problema y tomar conciencia social para llegar a soluciones. Redactada por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, la estrategia -cuyo plazo comienza ahora y termina en 2030- tiene un objetivo muy ambicioso: cambiar el modelo de la atención que reciben no solo las personas mayores sino también las que tienen algún tipo de discapacidad y los menores que dependen de las instituciones públicas. ¿De cuánta gente hablamos? Más o menos, según los cálculos del ministerio que dirige Pablo Bustinduy, del 10% de la población española (entre 4,5 millones y 6,5 millones de personas). En la actualidad, el 70% de los cuidados que recibe este amplio colectivo se da en el ámbito familiar. Es una actividad que, básicamente, recae en mujeres.